martes, 27 de enero de 2015

¡No llores que me enfado!

Hola familias:


     Hoy, nos hacemos eco, de un artículo de FORMA2, que hace referencia a como debemos afrontar los enfados de nuestros niños y niñas, esperamos que sea de vuestro interés.


Un saludo. (Rebeca Asensio)


¡NO LLORES QUE ME ENFADO!


¡No llores que me enfado!


     Es habitual escuchar esta frase en la calle, ¡No llores que me enfado! ante un desobediencia, una situación tensa o un llanto sin explicación aparente, el adulto a veces responde con cierta dureza con el fin de controlar la conducta del niño/a porque considera que para llorar hay que tener un motivo real o por lo menos real para el adulto, ¿no tienes sangre verdad? pues entonces no llores. Sin embargo es curioso porque  durante el  proceso de la rabieta algunos niños/as suelen decir,  ¡Mama/papa, es que no puedo parar de llorar!. 
 
     Quizás deberíamos plantearnos que los métodos de control que utilizamos como condicionamientos, castigos o premios, solo nos permiten controlar al niño mientras éste nos tiene miedo y que lo que realmente nos debería preocupar es si a través de ellos conseguimos  tranquilizar al niño/a en un estado de desintegración emocional como suele ser en una rabieta o frustración para ayudarle entenderse y así escucharnos.
 
     Los niños/as necesitan nuestra ayuda para salir de ese estado de frustración, entrar en la rabieta es fácil, cualquier situación puede originarla, se le cae un juguete al suelo, no puede desenroscar el tapón de una botella, no consigue levantar una torre, quería coger una galleta y el adulto se adelante y se la da, etc. Para los adultos son cosas insignificantes, podemos considerar que no son razones para estallar de esa manera, pero ellos/as necesitan entrenarse en el control emocional y las rabietas son oportunidades magnificas para ello.

Entrar en la rabieta

     Hacia los 2 años, el niño/a comienza la crisis de oposición, es una forma de afianzar la identidad que recientemente acaba de descubrir. Necesitan afirmar su yo oponiéndose a la figura de apego así que serán habituales comportamientos caprichosos o rebeldes, cambios de humor bruscos, ataques de cólera, patalear en el suelo del supermercado y empeñarse en hacer las cosas solo, aun cuando no puede.

     Según Wallon como mediante esta actitud de oposición, los niños y niñas no consiguen el cariño y la aceptación que buscan, pasan a emplear otras estrategias alternativas para ganarse el afecto de modo que hacia los 4 años comenzará el periodo de la gracia intentando atraer la atención de los demás mediante frases como ¡pedo, culo, caca pis, ja, ja, ja!

     Cerca de los seis años, los niños van dándose cuenta que así tampoco consiguen nada y se acaban convenciendo de que  lo mejor para conseguir la aceptación es  imitar a los adultos y de esta manera van disminuyendo los episodios de rabietas emocionales y comenzarán otro tipo de rabietas más lógicas que exigieran por parte del adulto un equilibrio entre firmeza, afecto y límites claros.

 Salir de la rabieta

     Nuestro papel frente a las rabietas debe ser ayudar a los niños a salir de esa explosión emocional porque aunque es un proceso normal por el que tienen que pasar todos los niños,  si la actuación de los padres no es correcta pueden convertirse en un problema de conducta más adelante, de hecho muchos comportamientos inadecuados en la adolescencia tienen que ver con la respuestas que se ha tenido ante las rabietas en la etapa infantil.

Frases para ayudar a los niños a salir de las rabietas

  • Veo que estás muy enfadado, puedes llorar hasta que te sientas mejor…
  • ¡Entiendo que quieres comer helado antes de la comida, lo siento pero no puede ser, te guardo tu helado para después….
  • ¡Vaya, que enfadado estás! ¿Te ayudo a tranquilizarte en tu habitación para que puedas decidir lo que debes hacer?
  • Cariño, entiendo que estás enfadado, no quiero que me pegues, me haces daño….te ayudo a tranquilizarte o quieres que venga más tarde para darte tiempo….
  • ¡Cuando te hayas tranquilizado, hablamos de cómo te has sentido y que podrías haber hecho!
  • ¿Saltamos sobre el cojín para sacar el genio?
  • Si quieres salimos a la calle a dar un paseo, igual conseguimos recuperar el humor…
  • Te veo nervioso, pensamos en hacer algo que nos ayude a sentirnos mejor…

No hay comentarios:

Publicar un comentario