A
estas alturas del año, y acercándose vertiginosamente la navidad, el principal
tema que ocupa la cabeza de los niños y niñas en edad escolar, son “Los tan
esperados REGALOS”, ya sean de Papá Noel, Olentzero, Reyes Magos…. (Esto ya
depende de las creencias de cada familia).
Yo soy una de las muchas personas que piensa,
que actualmente en nuestra sociedad la gran mayoría de la población, es
consciente del exceso de regalos que se hacen y además del poco interés que
muestran los niños y niñas pasados 5 días o menos desde la recepción del regalo
(además hay investigaciones que así lo demuestran), pero… ¿Por qué seguimos
haciéndolo?
Personalmente comparto la idea de que
nuestros niños y niñas reciban un regalo; un regalo que les guste, con el que
disfruten. Pero quiero trasladar una serie de recomendaciones implícitas a
tener en cuenta y lo quiero hacer en forma de preguntas abiertas que inviten a
la reflexión.
- ¿Qué
cantidad de regalos va a recibir el niño/a? ¿Creéis que son excesivos?
- ¿Podríamos
suprimir alguno? O ¿reservarlos para otro tipo de momento o situación?
- ¿Son
verdaderamente de su interés o ha sido un capricho a simple vista?
- ¿Qué les va
a aportar? ¿A que nivel?
- ¿Podríamos
sustituirlos por otro tipo de juego, experiencia o material?
Si hablo de mi experiencia en el campo
educativo, os comunico que casi a diario puedo comprobar como los niños y niñas
dejan rápidamente de lado los juegos y juguetes que están utilizando (en muchos
casos juguetes nuevos), para acercarse a observar, interesarse y descubrir
cosas nuevas que el maestro propone al alumnado. Es maravillosa esa capacidad
de interés que tienen, y también lo es, lo útil que resulta para que ellos
mismos vayan creando sus propios aprendizajes. La curiosidad es algo que fluye
dentro de ellos y ellas y hay que sacar provecho de ello. Además es algo con lo
que disfrutan enormemente, y no solo lo hacen ellos y ellas sino también los
adultos que les acompañamos.
Dicho
esto, creo que cada uno debe reflexionar sobre lo que cree mejor o peor para
esos niños/as y tomar una decisión, y si lo podéis hacer compartiendo opiniones
con otras personas pues resultará mucho más enriquecedor. Yo desde aquí os pido
que con que os paréis a pensar 10-15 minutos llegareis a una decisión y sea
cual sea será aceptada y lo más seguro que compartida por mucha gente.
Ahora
bien, toca comentar mi propia decisión. Yo particularmente “voy a encargar un
juguete a los reyes magos para mi sobrina”, no os lo voy a ocultar, porque no
me parece justo hacerlo. No dudo que ella vaya a disfrutar de ese regalo, pero
pienso que hay otras maneras más enriquecedoras para todos y todas de
disfrutar; por ello voy a realizar una experiencia compensatoria (así la he
definido yo).
Uno de estos días de vacaciones, mi
sobrina de casi 6 años y yo, (siempre que ella quiera, aunque conociendo el
mundo infantil deduzco que querrá), nos iremos a compartir una experiencia que
creo que recordará con más ilusión que aquel regalo que le trajo un ser mágico
que aparece 1 vez al año y que escasamente ve unos segundos.
Nos
vamos a ir a descubrir y explorar el entorno que nos rodea y las posibilidades
de juego y diversión que nos ofrece. He pensado coger un montón de material que
ya conoce de sobra (Cosas de casa como: tupes, botellas, cajas de latón,
cartones, revistas, coladores…) y descubrir que podemos hacer con él, como
manejarlo, utilizarlo, como jugar con ellos, en un entorno muy cercano a casa,
un río lleno de ruejos. Si ella quiere, incluso puede llevar el juguete que le
han traído e incorporarlo a sus juegos y aventuras.
De esta forma pretendo trabajar con ella un montón de habilidades y capacidades (conceptos matemáticos, creatividad, manipulación…), pero el objetivo principal es realizar un aprendizaje mutuo y sobretodo DIVERTIRNOS.
Después de esta opinión, como maestra y
como tía que soy, os dejo una última pregunta abierta a modo de conclusión y
reflexión:
¿No creéis que jugar con los niños/as es más enriquecedor que
ofrecerles únicamente y de forma extremadamente exagerada un montón de juguetes
elegidos a su antojo?
Un saludo y gracias.
Rebeca Asensio Mauleón
(Maestra de
Educación Infantil).