miércoles, 9 de diciembre de 2015

La Acogida en la Escuela Infantil

Hola familias:

     Hoy, os vamos a hablar de un momento fundamental en el desarrollo del día a día en la Escuela; La Acogida.

     Los niños y niñas que vienen a la escuela, normalmente lo hacen desde sus propias casas, donde han estado junto con sus papás, mamás y hermanos desde el día de ayer. Es en el hogar donde más seguros y con más confianza se sienten y cuadno llega el momento de separarse de la familia nos suele costar asimilarlo.

     Para los niños y niñas, es de suma importancia que esté cambio se haga de forma tranquila, amable y sobre todo respetuosa con ellos y ellas.

     En nuestro día a día obsrevamos reacciones de todo tipo:

* Familias que cuando no se da cuenta el niño/a huyen para que no lloren (este hecho hace que al niño/a le entre pánico cuando observa que su familia ha desaparecido de repente)

* Familias que acaban enfadándose con el niño/a porque se les acaba la paciencia. (Tenemos que entender que el niño/a está pasando por un proceso complicado para él/ella y debemos respetarlo y comprenderlo)

* etc.

     Nuestros consejos son:

1.- Al salir de casa anticiparos a lo que va a suceder : "Ahora nos vamos a la escuela, donde nos estará esperando Rebeca", "En la escuela estará nuestro amiguito/a tal...", "¿Estará el dibujo que hicisteis ayer?". Siempre de forma positiva.

2.- No les digais mensajes que les hagan recordar momentos tristes o angustiosos para ellos/as. "Hoy no llores vale?", "Nohay que llorar" etc. El llorar, en una forma de comunicarse que tienen los niños/as, una manera de manejar sus sentimientos y para nada es malo. Cuando se produzca un llanto, lo que tenemos que hacer es comprenderlos/as,. Ejemplo:  "Ya sé que estás triste porque mamá se tiene que marchar, en cuanto acabe de trabajar voy a venir a buscarte como hago todos los días, ya verás como te lo vas a pasar de bien en la escuela, luego me cuentas todos lo que habeis hecho"

3.- Si veis que vuestro hijo/a se está enfadando o algo le molesta no sigais por ese camino. Debemos intentar cambiar el tema completamente, ayudarle a salir de ese trance que está viviendo, pero tampoco hacer como si no pasara nada. Ejemplo: "Ya veo que estas enfadado/aporque no quieres entrar cariño, mira esté dibujo tiene unas cosas rojas pequeñitas, ¿Quién pinto esto?", se trata de intentar cambiar su centro de interés en otra cosa para entrar en otro estado.

     Sabemos que es un momento dificil, que no todos los niños/as se conforman igual, lo aceptan de la misma forma. Es un trabajo conjunto de familia-escuela.

     Os dejamos algunas imágenes del momento de la acogida en nuestra escuela. Esperamos que os sirva de ayuda.

 




    

lunes, 26 de octubre de 2015

Los Bebés Aprenden a Moverse Solos

Hola familias:


     Hoy os presentamos un artículo (escrito por Cecilia Galli) relacionado con una de las formas que tenemos de gestionar nuestra escuela a nivel educativo y es partiendo de las aportaciones que nos dejó Emmi Pikler. Como podeis concuir del título, se centra en el proceso de los bebés. Esperamos que os guste y haceros llegar nuestra línea de pensamiento. Gracias.
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     Es muy común, que ayudemos a nuestros pequeños a moverse y que les enseñemos a sentarse y a caminar. Pero ¿es beneficioso para ellos? Luego de años de estudios, la especialista Emmi Pikler concluyó que el desarrollo motor surge de manera espontánea y que las enseñanzas de los grandes pueden no ser lo mejor para los chicos.

      No es poco común que, cuando nace un niño, sus padres, aunque disfrutemos plenamente de cada etapa, imaginemos con ilusión el próximo paso del bebé: cuando sostenga la cabeza, cuando se siente, cuando camine… Y también es muy corriente que “ayudemos” a nuestra cría a hacer movimientos que, por su edad, todavía no puede realizar. Así, por ejemplo, los sentamos protegidos y hasta sostenidos por almohadones para que no puedan caerse, porque todavía no pueden mantenerse erguidos. O, con pocos meses de vida, los ponemos de pie pensando que ellos lo piden, malinterpretando una necesidad del niño de ser llevado en posición vertical para observar el mundo desde esa perspectiva. Pero puede ser que –como observó la pediatra Emmi Pikler en el hogar para niños que dirigió en Budapest– esta intervención no sea necesaria, y que por el contrario sea perjudicial.

      Emmi Pikler (1902-1984) fue una importante pediatra húngara que dirigió el Instituto metodológico de educación y cuidados de la primera infancia de Budapest (conocido como Instituto Lóczy, hoy llamado Instituto Pikler), fundado para bebés que necesitaban cuidados prolongados lejos de sus familias. Creó un sistema educativo basado en el respeto al niño, en el que el adulto adopta una actitud no intervencionista que favorece el desarrollo.

      Pikler estaba convencida de que el desarrollo motor es espontáneo; y aseguraba que, si se les proporcionan ciertas condiciones, los niños alcanzan por sí mismos un desarrollo motor adecuado. El adulto no “enseña” movimientos ni ayuda a realizarlos, y los niños se mueven y se desarrollan regidos por su propia iniciativa. Por otro lado, no se le impide al niño la realización de ningún movimiento, por lo que en este sentido es completamente libre: si un niño que camina quiere reptar y rodar, no hay nada de malo en eso.

      ¿Pero no es bueno que los adultos “ayudemos” a nuestros niños y les “enseñemos” a realizar los movimientos? A esta pregunta Emmi Pikler respondía que “ayudar” a los niños cuando ellos no están listos para realizar ciertos movimientos por sí mismos es perjudicial. Y explicaba que muchas veces el adulto actúa motivado por la costumbre: estamos habituados a hacerlo, y eso nos resulta habitual. Pero que exista el hábito no significa que sea beneficioso.

En su libro Moverse en libertad (Lo tenemos en la escuela, por si os interesa ojearlo), la pediatra observa varios inconvenientes de esta ayuda modificadora del adulto:

  • Primero, al poner al niño en una postura que no podría adoptar por sí mismo lo obligamos a estar inmóvil: el niño no puede salir de esa posición. Si, por ejemplo, echamos boca abajo a un bebé pequeño, en contraposición con dejarlo boca arriba, donde puede moverse, tomar sus pies, mirar para los costados, estamos frenando su capacidad de movimiento.
  • En segundo lugar, las posiciones en las que ponemos a los niños no son normales para él o ella; como consecuencia, la postura de los músculos no es natural, es forzada, y los músculos quedan tensos o con malas posiciones.
  • Por último, el niño que hemos puesto en una posición a la que no puede llegar solo queda condenado a depender del adulto para cambiar de postura. Estaremos fomentando su dependencia del adulto y frenando su desarrollo autónomo.

           Además, con intervención del adulto, el niño pierde etapas intermedias de su desarrollo motor, como el reptar (muchas veces cuando un niño que está sentado decide deslizarse para reptar, sus cuidadores lo levantan y vuelven a sentarlo, inhibiendo su voluntad y ejerciendo una prohibición sobre el movimiento) o el gatear, etapas que son necesarias antes de adoptar posturas nuevas y de conquistar destrezas más avanzadas.

            Para permitirles libertad de movimiento a los niños, dice Emmi Pikler, es importante que ellos tengan espacio suficiente para moverse y ropa que les permita mover sus miembros cómodamente. El espacio para los niños debe además ser seguro y estar adaptado a ellos. Y si bien el adulto está siempre junto al niño y lo incentiva a desarrollarse, no debería ofrecerle su ayuda en lo que a movimientos respecta: no se lo sienta, no se lo pone de pie, no se le ofrece un dedo para que pueda sostenerse ni se lo “tienta” con juguetes para que avance. La autora aclara que la no intervención del adulto no se debe a una falta de interés en el niño; por el contrario, los adultos festejan con regocijo el adelanto del niño, como lo harían si ellos hubieran intervenido en el desarrollo de manera activa. Por último, el adulto debe mantener con el niño una relación paciente y respetuosa.

            Es probable que si estamos acostumbrados a ayudar a nuestros hijos en sus movimientos, nos resulte difícil no precipitarnos a intervenir en su desarrollo motor: uno, como padre, quiere lo mejor para sus bebés; y que aprendan a moverse rápidamente y sin contratiempos puede parecernos parte de ese “darle lo mejor”. Pero informarnos sobre distintas corrientes y estudios referentes a su desarrollo, y considerar darles una oportunidad, puede ser beneficioso para ellos y, como consecuencia, también para nosotros.

      Por Cecilia Galli Guevara
      www.crianzanatural.com


      martes, 6 de octubre de 2015

      Momentos Educativos no programados

      Hola familias:

           Como ya sabeis, en nuestra escuela se realizan talleres y propuestas educativas no dirigidas. Nosotras buscamos el interés y la diversión en el aprendizaje y no queremos intervenir en lo que el niño/a aprende de forma espontánea y mediante la investigación y le descubrimiento que ellos / ellas mismos desarrollan.

           Pero además, no se nos puede olvidar, que cualquier momento del día, cualquier actividad cotidiana, es también un momento de aprendizaje para nuestros niños y niñas.

           En esta ocasión os vamos a mostrar imágenes de nuestros/vuestros niños y niñas en momentos cotidianos de una jornada escolar. Podréis observar como se va desarrollando su autonomía, como aprenden a manejar utensilios, a compartir, a empatizar, a crecer.

           Desde la escuela, os animamos a que hagais partícipes a vuetsros hijos e hijas de las actividades de casa. Ellos y ellas se van a ver encantados, se van a sentir valorados, respetados y queridos. Ya nos contareis que tal la experiencia.

      Un saludo. Gracias

      ALMUERZOS Y COMIDAS:

           

        


           







      BAÑO:


           




           

      GUARDAMOS NUESTRAS COSAS:


           



        


           

      BEBEMOS AGUA:

             





      NOS LAVAMOS LAS MANOS:




        


           Como habeis visto, nuestros niños y niñas son muy autónomos y les encanta hacer cosas por ellos mismos. De esta forma trabajan su autoestima, su psicomotricidad su relación con el ambiente, espacio, compañeros, adultos. Así entendemos que cualquier momento vivido en la escuela es un proceso de aprendizaje a parte de las actividades programadas que realizamos con ellos y ellas.

      Un saludo familias. Esperamos vuestros comentarios. Gracias



      jueves, 17 de septiembre de 2015

      El Periodo de Adaptación en Educación Infantil

      Hola familias:


      Bienvenidos de nuevo al blog de la Escuela Infantil de Allo.


           Con la llegada de este nuevo curso, os queremos hacer llegar información muy básica a cerca del periodo de adaptación. Podeis leer a continuación un artículo publicado en el diario de noticias por Sonia Rivas (profesora de la Facultad de Educación y Psicología de la Unicversidad de Navarra.

           También añadimos fotos del periodo de adaptación vivido en la escuela este curso 2015 / 2016
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           Son muchas las familias que están viviendo estos días el periodo de adaptación de sus hijos escolarizados en Educación Infantil. Quien observa las idas y venidas frenéticas de los padres al centro educativo para preguntarse: ¿Por qué razón darle tanta importancia a este momento? La respuesta es sencilla: primero, porque nos implica a todos (familias, profesionales de la educación y al mismo niño); y segundo, porque tiene un significado trascendental en la historia personal spcial y escolar: el niño se incorpora por primera vez a la experiencia de la escuela. Para poder entender de fondo la trascendencia educativa que tiene este periodo, y para comprender la lógica de las estrategias pedagógicas, individuales e institucionales que se ponen en marcha en los centros educativos, conviene poner de manifiesto las caracterñisticas propias de este momento.

           El primer contacto con la escuela supone la primera separación importante del niño y su familia. Es decir, el protagonismo principal que el niño tenía en su entorno familias desaparece y pasa a ser compartido con el de otros niños, que también reclaman la atención del educador. Así mismo el código conocido por el niño y establecido por su familia pasa a convivir con el señalado por el tutor.

        

           El niño se ve rodeado de elementos distintos: el espacio, los objetos, las personas o sus comportamientos. Por tanto, según estos principios, es esperable que todo ello, combinado y a la vez, infunda en el niño inseguridad, miedo o ansiedad; sentimientos que, además, deberá sobrellevarlos acompañado de una persona a la que, probablemente, ni haya visto antes.







        






           El niño observa que las personas con las que tiene un vínculo afectivo fuerte,le dejan en un lugar extraño, sin posibilidad de recurrir a ellas, porque se van. Además, el niño no ha adquirido todavía el concepto de tiempo. Así, la frase del padre o de la madre: "Te recogeré desués, no llores" carece de sentido. Por ello, para cualquier niño, la escolarización primera supone un abandono hasta no se sabe cuando de su familia; abandono, eso sí, acompañado de otros iguales que manifiestan la misma desazón. Y estos sentimientos se multiplican y se contagian.




           Como señalan Laura Méndez, José Manuel Ruiz, Elena Rodriguez y María Rebaque en uno de sus libros, "Desde el punto de vista pedagógico, es importante solidarizarse con la vivencia del niño pequeño, que puede consistir, aunque no se corresponda con la realidad, con el sentimiento de abandono provocado por dejar de ser el centro de atención como hasta ahora ha venido siendo".

           Los docentes tratan de dibujar del mejor modo posible est a mbiente hostil. Los tutores de curso intentan dar respuestas adecuadas a las necesidades, tanto de losniños como de los padres, planificando los factores más favorecedores a cada situación y a cada contexto, procurando que el cambio sea lo menos brusco y lo más satisfactorio posible, y organizando un periodo de adpatación lo más adecuado posible para las familias, para que estos primeros tiempos de escuela, sean asumidos sin dificultades extraordinarias.


           




           Es importante para los educadores, la consideración del tiempo madurativo de cada niño y el respeto a los ritmos personales, para ayudar a que cada uno encuentre la respuesta a ese conflicto interno lo más felizmente posible. No debemos olvidarnos que cada niño también colabora en su propia adaptación.

           Algunas familias empatizan con el sentimiento de los niños y también sufren con ellos. Otras, en cambio, consideran que este momento, como hay que pasarlo, debe hacerse cuanto antes, sin concederle una importancia excesiva. Desde un punto de vista educativo y sin caer en recetas falsas y utópicas, no conviene que las familias aceleren este proceso, ni tampoco que eliminen u obvien todas las asperezas que se puedan encontrar en el camino, pero sin evadir los inevitables conflictos que éste pueda tener. De otro modo, el niño perdería la oportunidad de aprender a suoerar losobstáculos y a regular sus emociones.





        



           Por todo lo que acabamos de mencionar brevemente, quizás se entiendan mejor las razones pedagógicas que rodean la importancia que padres, educadores e instituciones educativas otorgan al periodo de adaptación.


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      Un saludo, nos vemos en la siguiente entrada.

      lunes, 27 de julio de 2015

      Fiesta fin de curso

      Hola Familias:

           Ya hemos acabado el primer curso en esta escuela. Como pasa el tiempo!, que de experiencias hemos vivido con vosotros y vuestros hijos e hijas...

           La verdad que estamos encantadas por como nos habeis tratado, lo bein que nos hemos sentido y las ganas de seguir que tenemos.

           Nos ha encantado veros implicados en la tarea que realizamos en la escuela, escuchar vuetros comentarios, leer vuestras sugerencias, incluso alguna carta que otra nos ha hecho emocionarnos.

           La fiesta de fin de curso, siempre es un momento muy especial para nosotras, ver a todos y todas tan guapos, tan ilusionados, sonriendo, diviertíendose, nos encanta. También hay momentos más emotivos, como cuando ves marchar a un niño o niña que saber que es dificil que vuelvas a ver o que cuando te los encuentres no te reconozcan, después de todo lo vivido, pero esto es así.

           Bueno, que nos ponemos melancolicas... Os dejamos unas imagenes de la fiesta de fin de curso y os deseamos una buenísimas vacaciones. Nos vemos en septiembre. Muak!!!!