lunes, 22 de junio de 2015

Visitamos La Granja Basabere, en Lezaún

Hola familias:

Por fin llegó el día tan esperado por nuestros niños y niñas, la visita a la granja escuela de Lezáun. La verdad que fue un día muy bonito compartiendo con las familias toda la mañana.

Lo primero.... el viaje en autobús, que era otra de las cosas que nos hacía mucha ilusión también. Cada niño y niña fueron con un adulto y se portaron fenomenal. Nos comentaban lo que veían y también tuvimos que hacer un par de paradas técnicas porque algún granujilla se hacía pis.
Al llegar, estuvimos jugando unos minutillos en el parque y ...... al taller de pizza. Que guay!!!! algunos/as no queríamos mancharnos mucho las manos, pero al final entre todos logramos hacer la masa, hacer la forma y echar los ingredientes. Para acabar las metimos al horno de leña y a degustarlas, bien!!!! estaban bien buenas.
     
     
Al acabar el taller, nos fuimos a ver la huerta, donde pudimos regar un poquito las lechugas (alguna acabó un poco pisada, pero vaya que fue con todo el cariño jejejeje) y al acabar.... a ver los animales.

     
Vimos un montón de animales: ovejas, vacas, caballos, cerdos, cabritillos, gallinas, gallos, ratas, jabalís, cerdos, avestruz, un montón de aves, incluso un águila que volaba muy cerquita de nuestras caras y Beñat hasta la cogió con un guante especial. También vimos canguros, llamas y una hiena. También nos gustaros mucho los patos y cisnes que nadaban en el lago.
Ah!! y un papa se llevó un regalito pegado al zapato jijijij, verdad Agustín?


     



     

     

  
Bueno y de tanto visitar animalitos y darles de comer, acariciarles y demás, pues nos entró mucha hambre y nos fuimos a comer. Los niños y niñas se portaron fenomenal, tuvimos de menú tortilla de patata, pechugas empanadas y yogur de beber. Para acabar los chicos de la granja nos dieron unos dibujo smuy chulos para pintar y nos fuimos al parque a seguir jugando hasta que vino de nuevo el autobús a por nosotros/as.

     



     


     
El viaje de vuelta fue...... bueno mucho no nos enteramos porque estábamos tan cansados/as que la mayoría nos dormimos todo el camino.

  

Ha sido una experiencia increíble el haber podido compartir un día con las familias. El curso que viene repetimos, quien se anima????

jueves, 4 de junio de 2015

Es Perjudicial Dejar Llorar A Un Bebé

* Artículo sacado de ahora soy mamá

Es perjudicial dejar llorar a un bebé

          No hay ningún estudio que demuestre que es bueno dejar llorar a un bebé. Es más, los últimos avances de neurociencia afirman que es perjudicial para su desarrollo psicológico. Sé que es común pensar que los niños que pasan mucho tiempo con su mamá o que están todo el tiempo en brazos se vuelven más ñoños y dependientes. Es una creencia muy extendida, al igual que pensar que los niños «nos torean» para conseguir lo que quieren y que si les damos la mano nos cogen el brazo, así que no podemos ceder.


          Pero al margen de las evidencias científicas ¿alguna vez os habéis parado a pensar en lo indefenso que es un bebé? Meditadlo un segundo. Al menos hasta que aprenden a desplazarse, dependen de nosotros para alimentarse, moverse y sentirse protegidos y seguros. Nos necesitan. 

         Los adultos que tienen problemas psicológicos y carencias afectivas nunca se quejan de que sus padres les malcriaron por cogerles en brazos, besarles, abrazarles, escucharles y atenderles afectivamente sino más bien todo lo contrario, conviven con una especie de frustración interna.

          El vínculo emocional que el bebé establece con sus cuidadores será uno de los pilares básicos en el desarrollo de su personalidad. Si sus necesidades son atendidas, se sentirá seguro. Si su llanto es desoído, el estrés le provocará miedo e inseguridad. Eso de que no pasa nada si lloran y que además se terminan durmiendo «de puro agotamiento» ¡es absolutamente desastroso para su desarrollo! Y si finalmente se quedan dormidos es simplemente porque, el estrés que sufren es tan grande, que su propio organismo lo utiliza como método de defensa. ¡¡Es terrible!!


          Ellos no entienden por qué se desatienden sus necesidades, no tienen capacidad para gestionarlo y eso les produce una ansiedad brutal. Si con el tiempo terminan dejando de llorar es por pura resignación. Asumen que su mamá no va a atenderles si lo necesitan. ¿No os parece horrible? A mí se me parte el alma…

          Imaginaos que, por ejemplo, cualquier día os sentís tristes y necesitáis un abrazo pero vuestra pareja os dice «Uy no, que si te abrazo te vas a acostumbrar. Mejor quédate solo/a». Y así un día tras otro. ¿Cómo os sentirías? ¿Eso reforzaría la relación o haría que os sintiérais defraudados? Pues además los bebés son pura emoción y no tienen capacidad para gestionarlo, con lo que figuraos el terrible desengaño y la sensación de abandono que les produce.

          ¿Qué es eso de que «se van a malacostumbrar»? A qué, ¿a los besos? ¿a los abrazos? ¿a sentirse seguros y queridos? Pues entonces, según esa regla de tres, ¿¿no se acostumbrarán siempre a llorar también??

          Además, ¿sabéis el placer que supone resguardar a un bebé entre tus brazos, acariciarlo, darle cobijo y hacerle sentir seguro?

          Si no cogemos a nuestros niños en brazos, sino que les domesticamos para que sean independientes (algo totalmente contradictorio), tendrán siempre esa carencia y se frustrarán o se sentirán defraudados y enfadados en el futuro. Sí, siempre. Muchas de las experiencias de la infancia se arrastran en el subconsciente durante toda la vida. Creedme si os digo que los niños que menos caricias, brazos y atención de la que piden reciben son menos seguros de sí mismos y más dependientes. Resignados, vale, pero en el fondo con un sentimiento muy profundo de rabia y desilusión. Van a estar buscando siempre lo que no han recibido. Otra cosa es que pensemos antes en nuestras necesidades de adultos que en las suyas.

          ¿Sabíais que hasta los dos o tres años los niños solo tienen desarrollado su cerebro emocional? ¿Por qué nos empeñamos en razonarles motivos si todavía no han llegado a esa fase? Tenemos la mala costumbre de no escucharles ni de pararnos a entender la etapa en la que se encuentran, sino buscar nuestra mayor comodidad y su sometimiento.

Falsos mitos

          Creo que muchas personas piensan que si les «consentimos» todo a nuestros pequeños, después nos exigirán siempre y terminaremos «dominados». Bueno, hay que matizar esto.

          En primer lugar, cuando son muy pequeños, todo lo que piden es porque lo necesitan. Que les cojamos en brazos, que no les dejemos solos, tirar cinco mil veces un juguete al suelo… Tenemos que entender que no lo hacen con maldad, sino que están experimentando y jugando para aprender. Me encantan las soluciones que nos propone Yolanda González en su libro «Amar sin miedo a malcriar». Lo que podemos hacer es, con mucho ingenio, intentar distraer su atención con otra cosa para que no se hagan daño o no alcancen algo que no queremos que cojan. Ése es el truco. En lugar de decirles que no, desviar su atención hacia otra cosa y así todos contentos.

          Según vayan creciendo, y si tienen satisfechas las necesidades propias de su etapa evolutiva, dejarán de pedir que les llevemos en brazos o que durmamos a su lado ¿o acaso pensáis que querrán dormir toda la vida con nosotros? ¿seguro? ¿Cuándo tengan dieciséis años también? Cuanto menos cubiertas tengan esas necesidades, más se alargará cada etapa.

          En segundo lugar, cuando ya son más mayores, está claro que no podemos o no queremos darles siempre todo lo que piden, bien porque sea peligroso, porque no se pueda o por lo que sea. Aquí la clave es llegar a acuerdos con ellos; tienen que ceder pero nosotros también. La negociación es todo un arte que debemos desarrollar. A nadie le gusta que le impongan las cosas «porque sí», «porque lo digo yo y punto». Eso es una dictadura. Lo que hay que hacer es, siempre desde el respeto y la empatía (porque también tienen derecho a enfadarse ¿no?), procurar encontrar la forma más adecuada de solucionar problemas sin tener que entrar en conflictos.
          Los niños a los que se suele tachar de «mimados» no son aquéllos que han recibido muchos mimos, sino justamente al revés. Esos niños que no reciben suficiente atención intentan suplirla con cosas materiales y por eso piden muchas veces que les compremos algo. Intentan encontrar en lo material las carencias emocionales. O cuando se dice que se quejan constantemente «para llamar la atención» lo que nos están diciendo en realidad es que no hemos cubierto sus necesidades afectivas y esa etapa se les ha quedado a medias, insatisfecha, y por tanto van a arrastrarlo después. Es una pena.

          El problema que yo le veo es que, además de todas estas creencias infundadas, existe mucha información que se divulga con fines comerciales para vender más papillas, o más libros, o más chupetes, o más biberones sin tener en cuenta nada más que sus propios beneficios y olvidando a esos bebés indefensos y la angustia que supone para sus papás verles sufrir pensando que están haciendo lo correcto.

          Desde aquí os invito a que reflexionéis un poco todo esto y a que le deis una oportunidad a la dulzura y el apego hacia nuestros bebés y niños. Es imposible malcriar a un bebé por exceso de cariño.

lunes, 1 de junio de 2015

5º RETO: PREMIOS, RECOMPENSAS Y CASTIGOS

HOLA FAMILIAS:


     Después de los retos anteriores seguro que habéis hecho algunos cambios en casa, verdad? Seguro que vuestros hijos e hijas ya empiezan a sentirse más autónomos gracias a esos cambios, y si no has notado nada ten paciencia, esto es un trabajo del día a día, paso a paso! 




     Este mes vamos a volver a centrarnos en un tema más relacionado con nuestra actitud con respecto al niño/a, en concreto vamos a proponernos eliminar de nuestro estilo de crianza los premios o recompensas y los castigos. Pero eliminar premios y castigos no significa caer en la permisividad como mucha gente piensa! Lo que hacemos es utilizar consecuencias, que tienen un efecto muy diferente en el niño a largo plazo.

     Os adjuntamos un enlace para que podáis leer un post sobre este tema, para saber enfocarlo.

__________________________________________________________________

RETO DE ESTE MES:

- Después de leer el post recomendado, párate a pensar si has utilizado premios o castigos durante la última semana o el último mes, anótalo en un cuaderno y analiza cada situación para ver cómo podrías haber utilizado consecuencias en lugar de premios o castigos.

- Al hacer el ejercicio anterior te será más fácil "cambiar el chip" y empezar a utilizar consecuencias, aunque ya te darás cuenta de que una cosa es hacerlo tranquilamente frente a un cuaderno y otra muy distinta hacerlo en un momento de tensión frente al niño. No te frustres, es cuestión de práctica y al principio cuesta!

     Poco a poco vamos a ver cambios muy importantes en nuestros niños y niñas , ánimo familias que podemos conseguirlo.

Un besico.